Monumento a Puvis de Chavannes

Rodin realizó en 1891 un busto de su amigo Puvis de Chavannes (1824-1898), el «gran decorador de murallas», uno de los artistas más famosos de su época junto con Monet y el propio Rodin. El pintor falleció en 1898 y muy pronto le encargan al escultor un monumento conmemorativo. Rodin imagina un extraño ensamblado de figuras y objetos preexistentes: el busto de Puvis tiene como base dos capiteles superpuestos encima de una mesa. Al lado, inclinado hacia el retrato, un gran Genio del descanso eterno, también llamado Genio funerario, que está cosechando la fruta de un manzano, simboliza a la vez la fama del pintor y la paz a la que se ha merecido acceder.

La referencia a la Antigüedad, tan querida por Puvis, domina esta atrevida instalación: la superposición de elementos arquitectónicos se aparenta a los apilamientos que decoraban los yacimientos arqueológicos, mientras que el Genio procede de una obra antigua conservada en el Louvre. Rodin nunca llegará a acabar este monumento, pero podría haber formado una fuente de inspiración para la sorprendente Mesa surrealista (1933) de Alberto Giacometti (1901-1966).

La Obra en el museo